Esta es una historia que se desarrolló en Puebla, un estado al centro de México durante la época colonial. 

La riqueza y señorío de Don Pedro Carvajal, quien tenía dos hijos, un pequeño de tan solo 6 años y una joven hermosa de 16 años.

Cuentan que un día, un basilisco (una serpiente gigante cargada de veneno letal y que podía matar con la simple mirada, considerada el rey de las serpientes) bajó desde los bosques de la Malinche, entró al solar de la casa y devoró al pequeño.

Don Pedro, desesperado por encontrar al monstruo, prometió gran parte de su fortuna y la mano de su hija a quien matara a tan feroz bestia.

Un buen día, apareció un jinete en la plaza dispuesto a matar al animal. Se dice que lo consiguió y que volvió a la Ciudad con la cabeza de la serpiente, las autoridades lo premiaron con títulos de nobleza y se casó con la hija de Don Pedro Carvajal.

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