Universo Con@cción

Actualmente varias políticas y leyes apuntan hacia la disminución de la generación de desechos y a la recuperación de residuos, como por ejemplo, la Ley REP, la Política Nacional de Residuos Sólidos 2018-2030, la Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular, y la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos. Sin embargo, la normativa nacional de base no ha sido actualizada acorde a estas leyes, políticas y estrategias, lo que en muchos casos resulta en permisos y regulaciones ambiguas y determinantes para una correcta gestión de residuos recuperables. La vida en pandemia y el mayor tiempo en casa hizo visible la cantidad de residuos que día a día se transforman en basura.

La transformación digital se ha acelerado exponencialmente debido a la pandemia del covid-19 y con ello se ha evidenciado que la desigualdad social se acentúa en lo digital. Muchos grupos históricamente con mayores desigualdades presentan más dificultades tecnológicas: personas que viven en contextos socioeconómicamente vulnerables, territorios rurales, comunidades aisladas, personas con bajo nivel educacional, mujeres en condiciones de precariedad o discriminación, adultos mayores y personas con discapacidad, por solo nombrar algunas. Sin duda es una larga lista que evidencia un gran desafío.

El aumento de la actividad emprendedora tiende a aumentar la tasa de crecimiento de las naciones y a reducir el desempleo. Quienes están a cargo de desarrollar políticas en estos contextos apoyan la idea de que mayores niveles de emprendimiento pueden lograrse mediante la educación.  Enseñar el emprendimiento no sólo trae beneficios económicos a nivel país por disponer de jóvenes aptos para generar sus propias ocupaciones, sino que también ayuda al desarrollo individual de los alumnos, fomentando su autoestima y confianza.  

La contingencia sanitaria relevó la necesidad de contar con conectividad de calidad, lo que ha desafiado a las empresas de telecomunicaciones a continuar invirtiendo y desarrollando su infraestructura de red para asegurar el servicio a los chilenos y para que puedan realizar sus actividades cotidianas en línea, sin salir de sus casas. Acá, en los últimos años ha jugado un rol clave la fibra óptica. Y también lo hará en el futuro.De hecho, desde hace una década, el Gobierno de Chile a través de la Subsecretaría de Telecomunicaciones y el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones (FDT) está haciendo grandes inversiones en fibra óptica, lo que se suma a los proyectos de los operadores de telecomunicaciones como parte de la renovación y expansión de sus redes troncales y locales.

De acuerdo a datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) son 23 las comunas consideradas críticas en el país en temas digitales, porque no tienen acceso a banda ancha. Asimismo, la mayoría de las personas en Chile, al igual que en el resto de América Latina, se conecta a través de teléfonos móviles. Más aún, según el último Barómetro de la Brecha Digital Ciudadana, creado por el Observatorio Iberoamericano de Comunicaciones Digitales, OCD, y realizado en conjunto por la misma Subtel, la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la U. Adolfo Ibáñez y Con@cción, la pobreza, así como la ruralidad y el nivel de estudios, inciden directamente en la persistencia de la brecha digital. Para hablar del tema del Voluntariado para reducir la Brecha Digital, conversamos en este capítulo con Vesna Mosic, Ingeniero Comercial de la Universidad Católica, egresada del Programa de Enseña Chile Generacion 2016 y actualmente Consultora en NTT DATA Chile y voluntaria de la misma empresa.

Según datos de la Unesco la pandemia ha arrebatado de sus aulas a casi 77 millones de niños durante los últimos 18 meses. Aunque el cierre de las escuelas afecta a todos los niños, son los más vulnerables quienes sufren las peores consecuencias. Al menos 1 de cada 3 escolares no tuvo acceso a la enseñanza a distancia durante el cierre de las escuelas. La misma entidad, agrega que el cierre de las escuelas ha provocado una reducción de la actividad física y un empeoramiento de la alimentación, un aumento de los niveles de ansiedad y autolesión, y la exposición a la violencia doméstica.Por ello han surgido diversos movimientos y fundaciones quienes están convencidos que la educación es el principal motor de cambio. Y sabiendo que la pandemia agrava los contextos de aprendizaje de muchos estudiantes de nuestro país, han decidido lanzar iniciativas que permitan entregar educación de calidad de manera remota.

Según datos de la Cepal, en nuestra región, las diferencias en la conectividad entre la zona urbana y la rural son significativas: el 67% de los hogares urbanos está conectado a Internet, pero en las zonas rurales el 23% lo está. En el caso de Bolivia, El Salvador, Paraguay y Perú el porcentaje alcanza el 90% de los hogares rurales. En Chile, Costa Rica y Uruguay, solo cerca de la mitad de los hogares rurales cuenta con hogares conectados. Sin duda, que el acceso al mundo digital democratiza las oportunidades de los ciudadanos. Por lo mismo, aumentar el acceso a la red de banda ancha es un excelente antídoto contra la inequidad.

La irrupción y prolongación del covid-19 ha impactado fuertemente de manera negativa en la educación escolar. Debido al confinamiento los colegios se vieron impedidos durante el 2020, también gran parte de 2021, de impartir clases de manera presencial. Por lo cual todos los establecimientos debieron asistir a sus alumnos de manera remota. El gran problema que se vieron enfrentados, en especial los establecimientos públicos y rurales, es que muchos de sus estudiantes no contaban con computadores en sus hogares o conexión a internet. Dicha situación generó que un gran número de alumnos desertaran de sus colegios.